martes, 17 de agosto de 2010

2 Las chicas sin suerte


Las chicas sin suerte somos espectadoras, A las chicas sin suerte,nunca protagonistas Pero ser espectador o protagonista depende solo de una decición. Las chicas sin suerte somos espectadoras, nunca nos dan un portagónico, siempre somos nosotras las que tenemos que ir, pararnos en el centro del escenario, debajo de la luz, y decir "acá estoy".
Las chicas sin suerte vivimos lamentándonos por lo que nos tocó en suerte. Pero cuando nos revelamos, cuando agarramos el toro por las astas, algo empieza a cambiar.

Las chicas sin suerte creemos que somos como una balsa en el mar, a la deriva. Pero podemos nadar, podemos patalear, remar… está bien, tenemos
que remar mucho, sí, pero remando llegamos a donde nosotros queremos, no a donde el mar nos lleva. Ya no necesitamos la suerte, porque La suerte la hacemos nosotras.

Las chicas sin suerte
nunca somos amadas
y como no somos amadas las chicas sin suerte tenemos que hacer algo para que nos amen.
Para las chicas sin suerte, ser amadas es un trabajo, un esfuerzo.
La suerte de la fea la linda la desea. Pero la fea no tiene suerte, tiene actitud, ella sabe hacer su propia suerte.
Porque es así, los que no tenemos suerte tenemos que ser prepotentes, estirar la mano y agarrar lo que la vida nos mezquina.

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